Cómo afecta la llegada de un hermano en el desarrollo del lenguaje
Como ya mencionamos en artículos anteriores, los hermanos mayores suponen un gran impacto en la vida de sus hermanos pequeños y son el modelo a seguir en numerosos aspectos, tales como el desarrollo del lenguaje, la alimentación, la personalidad, etc. Los niños pasan la mayor parte del tiempo juntos, se entretienen jugando, haciendo dibujos, etc.; y es ahí donde se afianza el desarrollo del lenguaje y las relaciones interpersonales. Los hermanos mayores suelen corregir e intentan guiar al hermano pequeño en sus conductas y en la realización de diversas actividades, y para ello emplean constantemente el lenguaje.
Sin embargo, en algunos casos, la llegada de un hermano pequeño supone un momento difícil de asimilar por parte de los hermanos mayores, ¿por qué? ¿qué ocurre cuando llega un hermano pequeño? ¿Influye en el desarrollo de los niños el orden de nacimiento que se ocupa dentro de una familia? ¿Es diferente ser el hermano mayor, el menor o el del medio?
Pues bien, la literatura señala que la posición que se ocupa entre los hermanos sí afecta tanto en el desarrollo del carácter de las personas, como en la manera en que sus familiares se relacionan con él. La experiencia de vida de un niño y las actitudes de los padres hacia él pueden ser muy diferentes según la posición que ocupa éste entre sus hermanos, por ello es importante que sepamos cuáles son las actitudes que se tienden a dar con mayor frecuencia en relación a la posición de cada hijo, para estimular y favorecer aquellas características que por el lugar que ocupa ese niño se suelen potenciar menos, de modo de no restringir sus oportunidades de desarrollo.
De hijo único a hijo «mayor»
Deben tener en cuenta que el primer hijo es el único que tiene, durante un período, la exclusividad del amor, tiempo y atención de sus padres. Reciben mucha atención y están acostumbrados a monopolizar los espacios y las interacciones. Por esta razón, cuando llega el hermano pequeño, se produce un momento de tensión, puesto que los primogénitos son destronados de su lugar único. Ahora deben compartir el cariño y la atención de los progenitores con un nuevo miembro de la familia. Es por ello que no debemos exigirle excesivamente ser demasiado generoso o «buen hermano». Para él es difícil haber dejado de ser el centro de atención y aprender a compartir. En ocasiones, existe una tendencia natural por parte del mayor de ver a su hermano como un competidor más que una fuente de afecto. En este sentido, los padres tienen un rol clave: incentivar la colaboración entre ambos. De esta forma, los hermanos mayores experimentarán un sentimiento de protección, de responsabilidad y de cuidado hacia sus hermanos pequeños, pasarán a ser el modelo a seguir por su hermanos.
En ocasiones, nos encontramos con niños que presentan dificultades en el lenguaje. Esto, a veces, se debe a los celos que presentan tras el nacimiento del hermano pequeño, los cuales se reflejarán en el desarrollo y la conducta del niño. Es normal que con la llegada del hermano, los padres tengan que compartir el cariño y el afecto, por tanto, algunos niños sienten que ya no tienen la atención exclusiva de los padres e intentan reclamarla como sea, siendo una de las formas el lenguaje, que se verá retrasado con respecto a la edad del niño, ya que éste se comportará de manera infantil, pues pensará que de esta manera puede volver a ocupar su lugar inicial (también es frecuente, por ejemplo, en el uso del chupete o el biberón).
En resumen, más allá del lugar que ocupe cada hijo en la familia, lo fundamental es el amor incondicional que los padres les entregan a ambos. El afecto, darle el tiempo a cada uno para jugar y conversar, no discriminar ni hacer diferencias, no caer en comparaciones entre hermanos, hacer a cada uno igualmente visible, y lograr que cada uno se sienta único y especial, son la clave para que puedan enfrentar el futuro de la manera más sana posible independiente del orden de nacimiento.
¿Cómo crear una buena relación entre hermanos?
- Evita comparar. No hagas juicios comparativos del tipo este más bueno, pero el otro es más listo. Valora las actitudes de cada uno en su momento, pero nunca las compares.
- Crea un clima de colaboración.Trata de buscar actividades en las que ambos colaboren. Enséñales que las metas de cada uno, pueden ser metas comunes. Por ejemplo, si enseñas a tu hermano pequeño a montar en bici, estaremos orgullosos todos de él y de ti porque le has ayudado.
- Dedica tiempo y atención similar a ambos por separado y juntos.Presta atención al tiempo que dedicas a cada uno, no te centres en uno de ellos porque sea más pequeño, o porque necesite más atención por la causa que sea. Puede que alguno de ellos reclame menos atención, pero también la necesita.
- Déjalos su espacio propio de ellos como hermanos.Intenta que tengan momentos de juego, de complicidad solos, sin la supervisión de los adultos. De esta forma fomentas que compartan experiencias, que se hagan cómplices, que se cuiden uno al otro, que solucionen sus rivalidades. A veces es mejor no meternos en sus cosas.
- Si cuando atiendes a uno de ellos, el otro pide tu atención, no se la des.Tiene que aprender que es el momento del otro, que cuando termines de atender al otro le atenderás a él.
- Fomenta la comunicación y la escucha entre ellos.Sirve de ejemplo y crea un clima de comunicación y escucha en el hogar. Cuando uno de los pequeños hable, es normal que el otro quiera reclamar la atención y opinar, enséñale que ha de respetar su turno de comunicación, que debemos escuchar al que habla y cuando termine podrá hablar y todos le escucharemos.
- Hazlos participes de las alegrías, problemas y vivencias de cada uno de ellos. No le ocultes situaciones que tienen que ver con cada uno de ellos.
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