Para comprender en que consiste la deglución atípica, en primer lugar debemos tener en cuenta que la deglución es el acto de tragar, tanto líquidos como sólidos, y es una función necesaria para la alimentación del individuo. Ésta se inicia de manera voluntaria pero finaliza de forma involuntaria impulsando el alimento desde la boca hasta el estómago, existiendo para ello una serie de fases (incisión, trituración y pulverización), que permiten el paso de dicho alimento antes de deglutir.
El patrón deglutorio correcto es aquel en el cual se mantienen los labios cerrados y sin esfuerzo. El ápice lingual debe tocar las arrugas palatinas o los alveolos superiores y por último, en el momento de la deglución, no se debe observar ningún movimiento anómalo en la zona cervical, lingual ni comisural.
La deglución atípica se caracteriza por la falta de sellado labial y durante la masticación los labios están activos, de modo que el labio inferior presenta una actividad más exagerada de lo normal.
Señales de alarma de deglución atípica
Hay ciertas características comunes que podemos encontrar en la mayoría de casos de deglución atípica. Por ejemplo:
- Labios con poca tonicidad.
- Lengua en posición interdental en reposo
- Tendencia a la respiración bucal.
- No realizar una deglución adecuada porque se mastica con los dientes y no con los molares posteriores: quedan sobras de alimento en el vestíbulo y la cavidad bucal.
- Sacar alimentos fuera de la boca y no deglutir con tanta frecuencia.
- Realizar movimientos excesivos como: elevar la cabeza, contraer los labios excesivamente o hacer muecas o ruidos al tragar.
- Presencia de ruidos en el acto de deglutir
- Alteración de la posición normal de los dientes
- Presencia de frenillo lingual corto (anquiloglosia: no puede sacar la lengua o cuando la saca hace forma de corazón o v)
En la mayoría de los casos, es el odontólogo quién advierte a las familias sobre el patrón deglutorio alterado, debido al desplazamiento de los incisivos hacia delante, y aconseja un trabajo conjunto con el logopeda. Este último será quién se encargue de corregir el patrón deglutorio para que el paciente no siga desplazando los dientes a causa de posición interdental de la lengua a la hora de tragar. Una vez corregido esto, el odontólogo podrá empezar con el tratamiento correctivo pertinente, en la mayoría de los casos mediante ortodoncia o, como son comúnmente conocidos, Brackets.
Causas de la deglución atípica
Las causas de la deglución atípica pueden ser múltiples y variadas. La hipótesis más avalada es que la deglución atípica responde a la consecuencia de uno o varios factores que han incidido sobre la evolución de las praxias estomatológicas durante la infancia, impidiendo la maduración adecuada y la adquisición de los patrones musculares adultos. Estos factores pueden ser de tipo hereditario, respondiendo a patrones tipo óseo y/o a patrones de conducta heredados. Sí, es frecuente observar degluciones disfuncionales en los padres de los niños que la presentan. Otras causas favorecedoras de un tipo deglutorio disfuncional son la respiración bucal, frenillos linguales y/o labiales cortos y amígdalas hipertróficas.
Una o varias de estas causas pueden actuar solas o simultáneamente de forma acumulativa. Si a ello añadimos que los movimientos de la deglución se producen más de 2000 veces al día, podemos darnos cuenta del alcance de estas disfunciones y de lo importante que es la corrección de una deglución atípica.
Cuando los malos hábitos se prolongan en el tiempo, tanto en duración como en frecuencia de aparición, las maloclusiones van a ser más difíciles de corregir. No depende pues tanto de la intensidad del mal hábito como de su duración.
Problemáticas asociadas a la deglución atípica
Alteraciones en la oclusión
El constante movimiento lingual empujando los dientes de forma central o lateral acaba alterando la colocación de los dientes, generando, de este modo, lo que llamamos una maloclusión, la cual se define como un mal posicionamiento de los dientes y la mandíbula que muchas veces dificulta la masticación aparte de generar una alteración estética.
Ante una maloclusión el tratamiento adecuado es el ortodóncico que consistirá en la colocación de unos brackets o aparatos para ir corrigiendo progresivamente la posición de los dientes. Sin embargo, en muchas ocasiones, si el patrón deglutorio no es corregido, después de conseguir colocar correctamente los dientes al cabo de un tiempo pueden volver a colocarse de forma incorrecta, ya que la lengua y los labios siguen realizando presiones de forma continua sobre la arcada dental alterando su configuración nuevamente. Así que siempre que se presente deglución atípica será necesario corregir este patrón si no deseamos que se produzca una recidiva (es decir que se vuelva a producir la maloclusión).
Alteraciones en la respiración
La respiración oral es la que se efectúa a través de la boca, en lugar de hacerlo por la nariz. Normalmente, tener la boca entreabierta de manera continuada se asocia a un tipo de respiración oral completa o parcial (inspirar y espirar por la nariz y boca al mismo tiempo). Si el aire no pasa por las fosas nasales, el paladar se eleva y estrecha produciéndose una maloclusión por el contacto que existe entre el techo del paladar y el suelo de las fosas nasales.
Cuando existe algún tipo de obstrucción en las fosas nasales, o en el pasaje aéreo, el individuo se ve obligado a respirar con la boca abierta. Si no existe ningún obstáculo, estamos refiriéndonos a un mal hábito que debemos tratar.
Después de corregir o aliviar estas causas, es frecuente que permanezca el hábito de respiración oral si no se enseña al niño cual es el patrón correcto, dado que para él no existe todavía el mismo. No se trata entonces de cambiar una manera de respirar por otra, sino de enseñar uno nueva.
La respiración oral conlleva en muchas ocasiones una mayor tendencia a resfriarse, mayor fatigabilidad en el ejercicio físico, malas posturas corporales, entre otras consecuencias.
Alteraciones en la masticación
Cuando la masticación es unilateral y/o anterior, es decir, si masticamos marcadamente más de un lado que otro y si utilizamos sólo la zona premolar, caninos e incisivos, se producen alteraciones musculares en las articulaciones, y también en la oclusión. Así, es frecuente observar mordidas cruzadas por una masticación unilateral, dolores en la articulación temporomandibular (ATM) y chasquidos o crepitaciones asociados a estos desequilibrios. Si la masticación es demasiado lenta o demasiado rápida, puede que no trituremos bien los alimentos, que se produzcan desequilibrios musculares o ambas cosas.
Las causas de una masticación insuficiente y/o unilateral pueden ser:
- Ausencia de piezas dentarias por cambios en la dentición, por extirpación, traumatismos, etc.
- Alteraciones o desequilibrios en la oclusión por dichas ausencias o por desequilibrios musculares.
- Respiración oral con la lengua adelantada con las consiguientes dificultades para la trituración del alimento.
- Factores psicológico-conductuales relacionados con malos hábitos.
Tratamiento logopédico de la deglución atípica
Para tratar un patrón deglutorio incorrecto, se deberán utilizar las técnicas de la terapia miofuncional, definidas por Borrás y Rosell (2008), como la disciplina que se encarga de prevenir, valorar, diagnosticar y corregir las funciones orofaciales que pueden interferir, tanto en la producción del habla, como sobre la estructura de los dientes y las relaciones maxilares.
Nuestro trabajo como logopedas será explorar y valorar las alteraciones presentes de cada paciente para poder ofrecer una intervención individualizada.
Uno de los principales objetivos planteados, en cada intervención, será aumentar el tono muscular de los órganos buco-fonadores y, en concreto, del ápex lingual.
Con respecto a la evolución, cabe destacar aspectos de gran relevancia y que determinaran la duración y el éxito, tales como: a) la edad del paciente, b) la motivación y c) el trabajo en casa. Si el trabajo en casa, recomendado por el profesional, es realizado de manera adecuada (=enseñada) y durante el tiempo acordado, y, adicionalmente, paciente, odontólogo y logopeda trabajan de manera conjunta, la evolución será ampliamente favorable.
Adicionalmente, se debe indicar que es importante trabajar en conjunto con otros profesionales, con el fin de proporcionar una intervención multidisciplinar para que la rehabilitación del paciente sea lo más completa posible. La terapia miofuncional presenta relación con varios profesionales como logopedas, pediatras, fisioterapeutas, odontólogos, ortodoncistas, cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, foniatras y neurólogos, entre otros.
Otro aspecto a mencionar radica en que el tratamiento logopédico suele finalizar antes que el ortodóncico. Sin embargo, sería aconsejable alargar el tratamiento del logopeda hasta que el paciente haya logrado un patrón deglutorio no atípico.
La intervención por parte del logopeda, antes, durante y después del tratamiento ortodóncico es imprescindible para la corrección de aquellos hábitos erróneos responsables de alteraciones propias de intervención logopédica y ortodóncica. No será posible lograr una rehabilitación de las funciones, si no se poseen unas estructuras preparadas para un fin concreto y viceversa.
En concreto, la actuación que se realizará desde la logopedia, para corregir el patrón deglutorio atípico, constará de ejercicios para dar tono muscular a la zona orofacial y práxias deglutorias. Los objetivos deberán estarán enfocados a:
- Respiración
- Masticación
- Deglución
- Labios
- Maseteros
- ATM (articulación temporo-mandibular)
- Paladar
- Lengua
Siempre con el objetivo de corregir el patrón deglutorio, así como tratar las dificultades asociadas a este, lo que implica que el tratamiento logopédico de la deglución atípica siempre sea personalizado.