Diferencias entre autismo y síndrome de Asperger
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, el autismo es un trastorno del desarrollo de tipo neurobiológico que afecta a la comunicación, la socialización y la conducta del niño durante toda su vida. Generalmente, produce un comportamiento anómalo en el cual los niños afectados se muestran indiferentes, ausentes, con dificultad para formar lazos emocionales con otras personas, etc. Los síntomas que muestran los niños con autismo presentan una gran heterogeneidad, aunque también evidentes similitudes. Por lo general, estos niños presentan tres características comunes:
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Dificultades con la comunicación (verbal y no verbal).
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Dificultades con la interacción social.
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Dificultades con la imaginación y el lenguaje interno (intereses y comportamiento repetitivos y restringidos).
Sin embargo, existen niños que presentan dificultades en alguna de estas tres características, manteniendo preservadas el resto. Por esta razón, se utiliza la denominación de trastornos del espectro autista (TEA) para identificar y agrupar todos estos casos.
Concretamente, el término síndrome de Asperger se utiliza generalmente para referirse a las personas con TEA en las que se observan los síntomas que afectan a la vida social, pero el desarrollo del lenguaje y la inteligencia no verbal son prácticamente normales. Asimismo, las personas con Asperger se caracterizan por tener un pensamiento concreto y literal, obsesión con ciertos temas, una memoria excelente y un comportamiento “excéntrico”.
Con respecto al desarrollo del lenguaje, los niños autistas presentan retraso en el lenguaje, mientras que los niños con Asperger suelen desarrollar un vocabulario que sorprende porque llega a ser incluso pedante o demasiado culto, notándose todavía más cuando hablan de algún tema relacionado con lo que les interesa. Además del lenguaje, los niños con Asperger suelen presentar una gran capacidad para el almacenamiento de muchos detalles y muy buena memoria de repetición, sobre todo de aquello que más les motiva, como pueden ser especies de dinosaurios, tipos de aviones, etc. No obstante, el principal problema es la falta de capacidad para integrar toda esa información que memorizan.
Otra de las diferencias existentes entre autismo y síndrome de Asperger es la edad de detección. En el autismo, todas las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros años de vida, mientras que en lo niños con Asperger el diagnóstico se realiza más tarde, no obstante, los padres comienzan a tener sospechas a partir de los dos o tres años. Las principales características que refieren son un desarrollo social anormal (tienen muy pocos amigos o ninguno), un uso extraño del lenguaje (inventan palabras, repiten frases o aprenden a leer por sí mismos) y la presencia de rutinas o rituales (comen siempre en un mismo plato o se interesan por un tema de manera desorbitada).
Por otra parte, en relación al desarrollo cognitivo, cabe destacar que el cociente de inteligencia suele ser superior en los niños con Asperger, en los cuales la adaptación al medio es mucho mayor, los niveles de expresión verbal son altos y es más clara la herencia familiar.
En cuanto a los problemas motores, el síndrome de Asperger presenta como característica principal la torpeza, aunque la variabilidad en estos niños es muy alta; mientras que en los niños con autismo lo más llamativo son los movimientos estereotipados.
A modo de síntesis, destacamos las principales diferencias existentes entre el autismo y el síndrome de Asperger en la siguiente tabla:
AUTISMO |
SÍNDROME DE ASPERGER |
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