Definición de disfonía infantil y sus características.
Hablamos de disfonía infantil cuando alguno de los parámetros vocales: intensidad (volumen o potencia), frecuencia (tono), timbre (resonadores) o melodía (ritmo sonoro), está comprometido afectando a la calidad de la voz y a la comunicación del paciente. Las disfonías infantiles, son una patología emergente en la infancia. Son cada vez más frecuentes en edad escolar, afectando a casi la mitad de los niños desde los 5-6 años hasta la pubertad.
Tenemos que diferenciar las alteraciones de la voz producidas por los cambios anatómicos durante la maduración del individuo (la laringe cambia de posición, aumenta su tamaño y forma, y comienza un proceso de maduración estructural de los tejidos) que provocarán que la voz experimente numerosas variaciones desde el nacimiento hasta la edad adulta (principalmente en la infancia y en adolescencia); de las disfonías provocadas por un mal uso o abuso vocal (disfonías funcionales) que requerirán la intervención por parte del logopeda y que si no se abordan de forma temprana acabaran produciendo lesiones en el aparato fonador (disfonías orgánicas, también de origen congénito) que empeoraran el pronóstico.
Algunos factores desencadenantes son: niños hiperactivos, contexto familiar hiperactivo con padres ansiosos, comunicación por medio de gritos, padres con disfonía (imitación de patrones), tendencia del niño a presentar cuadros ORL (otitis, faringitis, etc.,), cirugías previas (adenoides, amígdalas, nódulos, etc.), deficiencias auditivas, etc.
Las características vocales más comunes en los niños son: voz ronca, áspera, aireada, golpes glóticos, respiración audible e inspiración bucal, fatiga vocal, incoordinación fono-respiro-articulatoria, fonación invertida o inspirada, consumo de aire residual, ritmos de habla incontrolados y rápidos y una extensión tonal acortada (4 o 5 tonos) y agravada. También existen distintas sensaciones corporales desagradables en el gesto vocal: rigidez en cuello, venas ingurgitadas, vicios posturales y dientes apretados, fatiga, dolor, sensación de cuerpo extraño, escozor que sirven de señal de alarma para los padres, que pueden tener dificultades para distinguir si la voz de su hijo es normal ya que se habitúan a ciertas características de la voz de sus hijos y no logran considerarlas como alteradas.
Los niños no suelen tener conciencia de su voz, de cómo usarla ni de la necesidad de cuidarla. Es su medio de comunicación y de juego en el que el contexto, excesivamente ruidoso, juega un papel fundamental. Por lo que la participación y concienciación del entorno socio-familiar es fundamental como medio preventivo y/o rehabilitador.
Esta falta de concienciación, tanto del niño como del entorno, hace necesaria una intervención logopédica preventiva en disfonía lo más tempranamente posible con medidas de higiene vocal, y pautas para los padres, con el fin de evitar la cronificación del proceso y la aparición de lesiones orgánicas.
Evaluación e Intervención logopédica en disfonía infantil
El diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de la voz es multidisciplinar, se necesita un diagnóstico etiopatogénico realizado por un equipo de otorrinolaringólogos, logopedas y psicólogos para conocer las características personales del paciente y el tipo de disfonía y así establecer el mejor tratamiento adaptado a las necesidades personales de casa individuo.
La valoración de la disfonía infantil debe incluir la historia clínica completa, la exploración visual de la laringe por parte del otorrinolaringólogo, la evaluación perceptiva de la voz para determinar la severidad del trastorno, un análisis de los parámetros aerodinámicos y acústicos por pate del logopeda y la valoración de los factores psico-emocionales por parte del psicólogo.
La valoración logopédica se realizará durante la emisión espontánea o inducida y debe incluir una evaluación vocal objetiva (análisis acústico), una valoración funcional de los parámetros vocales y una valoración de los sistemas postural, estomatognático, respiratorio ya que una emisión vocal “sana” implica todo el cuerpo, desde los pies a la cabeza y que la relación entre todos ellos sea correcta y equilibrada.
Una vez realizada la valoración y fijados los objetivos de tratamiento la intervención logopédica de la disfonía infantil se centrará en conseguir ese equilibrio entre las diferentes estructuras participantes para que la emisión vocal sea la más adecuada con el menor esfuerzo posible. Para ello será necesario trabajar, siempre de forma lúdica y teniendo en cuenta los intereses y la motivación del niño:
- Control postural. La correcta alineación desde la cabeza a los pies favorece el equilibrio entre todas las estructuras que intervienen en la fonación y evita tensiones inadecuadas.
- Respiración y coordinación fono respiratoria. La respiración es prioritaria para disponer y regular la energía necesaria para emitir la voz de forma correcta y sin forzar. Es importante que los niños conozcan de forma sencilla cuál es el proceso de la respiración, que órganos están implicados en el mismo y cuáles son las fases del ciclo respiratorio. Posteriormente se realizarán ejercicios de entrenamiento en respiración costo-diafragmático-abdominal y ejercicios de preparación al soplo fonatorio.
- Relajación. Para la emisión de la voz se utilizan diferentes músculos que deben de trabajar de forma coordinada y equilibrada, constituyendo un conjunto funcional en el que las tensiones musculares influirán tanto en la respiración como en la emisión. La relajación, tanto completa como segmentaria permite lograr el grado de tonicidad muscular adecuado.
- Articulación. La articulación es la base de una buena resonancia, al mover y colocar adecuadamente los órganos implicados y posibilitar una correcta emisión.
- Terapia vocal. La reeducación de la voz es el tratamiento indicado en los casos de disfonías infantiles y puberales, encaminado a modificar y eliminar los usos vocales inadecuados o abusivos, así como la remisión de las lesiones nodulares. Se trabajarán de forma lúdica, con distintas técnicas y ejercicios, los diferentes parámetros acústicos de la voz: la intensidad, la altura o tono, el timbre y la duración.
- Medidas de higiene vocal. Previenen problemas de voz y colabora en el mantenimiento de la misma.
Factores de riesgo y medidas de higiene vocal en la disfonía infantil
Para prevenir la disfonía infantil es bueno conocer los factores de riesgo que la pueden perjudicar y las medidas de higiene vocal.
Factores de riesgo bio-físicos:
- Higiene nasal y vocal.
- Ambientes con tabaco.
- Alergias respiratorias.
- Cambios hormonales.
- Gritar, forzar la voz, poner “vocecitas”.
- Hablar cogiendo peso o haciendo algún esfuerzo.
- Respirar por la boca.
- Carraspeo, risa, ataque vocal.
- Alimentación.
- Postura física.
Factores de riesgo sociales-contextuales:
- Cumpleaños, parques, recreo, etc.
- Clima, climatización artificial, cambios bruscos de temperatura, ambientes poco ventilados, sequedad ambiental.
- Ruido ambiental, familia, amigos y estilo comunicativos.
Factores de riesgo psicológicos:
- Relajación Bienestar / malestar personal.
- Cansancio físico y mental.
- Falta de sueño.
- Descontrol emocional.
- Vida agitada, estrés.
- Respiración Tranquilidad / agitación.
Medidas de higiene vocal:
- No se debe chillar, gritar o aclamar. Por lo que hay que evitar los ambientes ruidosos que te obligan a aumentar la intensidad de las emisiones vocales; o hablar con personas que estén lejos de nosotros.
- No se debe cantar y tampoco poner “voces raras” (ej.: chillidos, gruñidos, ruidos de animales, etc.).
- Hay que hacer todo lo posible para que desaparezcan los factores que pueden irritar las cuerdas vocales (ej.: humo, polución, polvo, etc.).
- No hablar cuando estés realizando algún esfuerzo físico (gimnasia, bailando, corriendo…) o mientras estás llevando o empujando un objeto pesado.
- No aclarar la garganta (carraspear) ya que daña la laringe.
- Deja descansar las cuerdas vocales. Intenta no hablar excesivamente, sobre todo en condiciones de: alergias, infecciones respiratorias o si notas la laringe muy seca.
- Evita la voz soplada o susurrada para comunicarte.
- No respirar por la boca. El aire entra seco, frío y sucio. Intenta mantener siempre una inspiración nasal. Realiza lavados nasales frecuentes.
- No hablar sin coger aire antes y no lo agotes mientras hablas. Habla despacio, rítmicamente y con pausas; con tranquilidad.
- Elimina las bebidas frías y calientes. Beber mucha agua (2 litros) fuera de las comidas.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura.
- Reducir al máximo las situaciones de agotamiento nervioso, la falta de sueño, el descontrol emotivo, la vida agitada…
- Debe estar y dormir en ambientes ligeramente ventilados. Las calefacciones excesivas y el uso de aire acondicionado afectan a la laringe pues resecan las mucosas. Incrementa la humedad en el entorno familiar (puedes usar un humidificador).
- Evita el consumo de productos mentolados. También los alimentos y bebidas que te provoquen alergia o reflujo.
- Disminuir el uso del teléfono, el móvil y los videojuegos.
¿Cómo humidificar las mucosas de las cuerdas vocales?
- Lavados nasales a diario para retirar mucosidades que puedan impedir una respiración nasal adecuada.
- Realizar gárgaras: con miel y unas gotas de limón rebajado con agua, a una temperatura no excesivamente caliente.
- Vahos con tomillo (antiséptico respiratorio), también se puede usar manzanilla amarga (antiinflamatorio) los días con mayor grado de disfonía: En 1 litro de agua con 2 cucharaditas de tomillo y 2 de manzanilla amarga. Realizar vahos durante 15minutos 2 veces al día. Conservar en nevera 3-4 días.
- Beber 2litros de agua durante el día.
- Uso de gasas húmedas en la nariz para respirar humedad cuando se nota mucha sequedad en la garganta.
