La disfonía engloba cualquier impedimento en la emisión vocal que pueda obstaculizar la producción natural de la voz. Por tanto, siempre se va a tratar de una manifestación única o agregada a un conjunto de índicios o síntomas- de una enfermedad concreta.
Los problemas vocales, de carácter funcional, se pueden prevenir, fundamentalmente, a partir de la higiene vocal. Por tanto, en el presente artículo, se expondrán –a partir de la logopedia- las causas y tratamiento de la disfonía funcional.
Respecto a la misma se puede establecer la siguiente clasificación:
- Disfonías funcionales: anomalía del comportamiento vocal, que deviene del propio uso de la voz, por uso incorrecto de la misma, inadaptaciones vocales o alteraciones psicoemocionales.
- Disfonías orgánico-funcionales: emersión de lesión secundaria o alteración funcional
En la presente contribución se abordan las disfonías de tipo funcional.
Causas de la disfonía
Las disfonías funcionales que no presentan lesión cordal, la VLE (videolaringoestroboscópica) muestra unas cuerdas vocales de aspecto normal; no obstante, pueden presentarse dos tipologías de mecanismos de cierre de las mismas, por exceso o por defecto: hiperfunción o hipofunción. En ocasiones, no es sencillo determinar el proceso primario, es decir, a través de la VLE puede apreciarse una hipofunción establecida sobre un mecanismo previo de hiperfunción o a la inversa, puede apreciarse una hiperfunción que podría ser secundaria a una hipofunción, como sería el caso de cierre excesivo de bandas ventriculares o cierre anteroposterior por retracción lingual. En este sentido, únicamente a partir de una precisa exploración ORL, o foniátrica, se podrá establecer el origen del comportamiento laríngeo actual, lo que constituirá una valiosa información a la hora de encauzar la intervención logopédica.
El mal uso y el abuso vocal como trasfondo de la disfonía
La fonación, realizada en situación de inadecuada tensión laríngea, provoca, generalmente, cambios de los tejidos laríngeos que pueden derivar en alteraciones de la masa, elasticidad y tensión de los pliegues vocales; adicionalmente, la vibración de éstos se verá afectada negativamente.
Ciertos especialistas, definen el abuso vocal como higiene vocal mala, lo cual abarca cualquier hábito que pueda desempeñar un efecto traumatizante en los pliegues vocales. Se pueden considerar conductas de abuso vocal:
- Vocear, bramar, ..
- Vocalizaciones forzadas, por regla general con alta intensidad en tono agudo y con la laringe en estado de hiperaducción.
- Hablar
- Cantar con una técnica vocal inadecuada o en condiciones inapropiadas del
- Hablar excesivamente cuando los pliegues vocales se encuentran en situación frágil (alergias, infecciones de las vías respiratorias altas…).
Adicionalmente, dichos especialistas, también definen como mal uso la utilización incorrecta de la intensidad y del tono vocal debido a:
- Hablar con elevado ruido ambiente, generalmente acompañado de un aumento vocal por la tensión laríngea.
- Uso incorrecto del tono vocal, frecuentemente asociado al incremento de la
En este contexto de uso inadecuado, y abuso vocal, las diferencias constitucionales y fragilizantes repercutirán en el grado de alteración laríngea que se pueda manifestar.
Nosotros entendemos por uso inadecuado la utilización incorrecta de los mecanismos implicados en la emisión vocal, lo cual genera un aumento de la tensión laríngea.
Asimismo, diferenciamos el mal uso vocal del abuso vocal, ya que este último implica, sobre la base de mal uso vocal, la intensificación desmesurada de la tensión laríngea por el uso intensivo de la voz, gritos y uso abusivo de la intensidad y del tono.
Prevención de la Disfonía
La prevención es fundamental, en el planteamiento clínico propuesto por el logopeda, para evitar recaídas y para ayudar a la rehabilitación si el factor etiológico primario todavía está actuando.
En relación con la prevención, el logopeda puede intervenir de la siguiente manera:
- Una vez detectados y establecidos los factores etiológicos primarios, responsables de una problemática vocal determinada, la actuación de prevención clínica estará dirigida a evitar la reaparición de los mismos (p. ej.: con una persona ex fumadora se intensificará la importancia de la desaparición del hábito de fumar de forma permanente) o bien a suprimir los factores presentes que consolidan la alteración (p. ej.: hidratación).
A este respecto, las posibles vías de actuación, vendrán establecidas por: información adecuada al paciente sobre la necesidad de la incorporación de nuevos hábitos, siendo el logopeda un referente respecto a los cambios que se desea introducir. En algunas situaciones será necesaria la derivación a otros profesionales para actuar en aspectos concretos que sobrepasan las funciones del logopeda.
- En los individuos sanos, en quienes la prevención representa su máxima expresión, la intervención logopédica posibilita actuar con antelación y evitar la aparición de patologías más difícil de Esto puede abrir un campo nuevo de trabajo basado en la información y formación en diferentes configuraciones como cursos, actividades en grupo, individual, etc., estando especialmente recomendados para colectivos de riesgo como docentes, actores, cantantes…
Alteraciones presentes en la disfonía funcional
Según cuál sea el comportamiento presente, hipo o hiperfunción, siempre habrá, en mayor o menor grado, alteración de la voz hablada, cantada y/o proyectada, y siempre se observarán las siguientes particularidades:
- Se evaluará a través de la exploración médica Alteración del mecanismo laríngeo de aducción. Ésta alteración videolaringoestroboscópica (VLE).
- Alteraciones acústicas de la voz: afectación del tono, de la intensidad y del timbre (agravamiento o elevación de la altura tonal, reducción de la extensión vocal, generalmente limitada hacia lo agudo en la hiperfunción, intensidad disminuida o aumentada, alteración variable del timbre vocal).
- Alteración de los mecanismos que actúan en la fonación: verticalidad, actitud comunicativa, respiración y/o actividad glótica.
Intervención en disfonía
A partir del diagnóstico médico y la valoración logopédica del trastorno vocal – acústica y funcional- se inicia el proceso de la re-educación vocal, en el que el logopeda planifica y ordena los contenidos de cada sesión, informa al paciente sobre su trastorno vocal, evalúa de forma permanente la evolución personal y acústica, e incide dando pautas de higiene vocal que eviten el abuso y la fatiga vocales.
Las variables que intervienen en el proceso de una re-educación vocal, en este caso de las disfonías funcionales, tienen relación con las singularidades de la voz del paciente, con el nivel de alteración de la función vocal, con el tipo de patología presente y con las peculiaridades individuales y sus necesidades comunicativas.
Adicionalmente, el logopeda habrá de evaluar el impacto de factores que favorecen o son desencadenantes concomitantes con la disfonía:
- Factores psíquicos, emocionales y personalidad del paciente
- Las variables de su entorno laboral, familiar y social
- La demanda que requiere el uso de la voz
- El nivel de exigencia vocal
Respecto al logopeda, éste deberá desarrollar ciertas cualidades personales indispensables que ha de tener un terapeuta vocal:
- Autenticidad en su relación con el paciente, que significa poder tomar conciencia de los sentimientos que experimenta frente al mismo, e incluso poder comunicárselos.
- Empatía o aptitud para experimentar el mundo interior del paciente con el significado que éste otorga a su disfonía.
- Consideración positiva, que implica respetar al paciente como un individuo global, con una aceptación de lo que en él.
Ello no excluye el rigor en los objetivos a adquirir, o la formulación de un compromiso explícito por parte del paciente. En este sentido, parte de los resultados favorables de la intervención logopédica están relacionados con la capacidad del paciente para responsabilizarse de su propio proceso vocal.
Autores reconocidos hacen referencia a este rol clínico del logopeda, que ha de formar parte de un equipo de profesionales del ámbito de la salud. Así, por ejemplo, en el caso de lesiones benignas quirúrgicas, “una buena cirugía no se evalúa sólo por sus resultados anatómicos, sino también por los resultados funcionales, la calidad de voz resultante y el confort vocal conseguido” (2013).