La voz es el medio de comunicación del ser humano, existen algunas profesiones, como maestros, profesores o docentes en general, que exigen un especial uso de la voz ya que es su instrumento de trabajo, a menudo, estos profesionales ignoran el mecanismo y las funciones del sistema fonador y la utilizan durante las jornadas docentes exponiéndose a riesgo de sobrecarga o sobreesfuerzo vocal que puede perjudicar la capacidad para su desempeño profesional.
El uso profesional de la voz implica una carga vocal excesiva que suele derivar un desgaste o lesiones del aparato fonador. La carga vocal se define por 5 factores relacionados directamente con el uso de la voz: el tiempo de fonación durante la jornada de trabajo; el nivel de intensidad utilizado (intensidad alta); el tono medio de voz hablada (tono inadecuado); el nivel de ruido ambiental (superior a 55 dB), y un tiempo de descanso vocal limitado. La sobrecarga vocal a la que se somete un profesor suele dar lugar a adaptaciones funcionales inadecuadas (especialmente hiperfuncionales o hipercinéticas) que en algunos casos llegan a ocasionar lesiones laríngeas estructurales de origen funcional.
Además, existen otros factores que inciden indirectamente en la voz y aumentan el riesgo de disfonía: el estrés u otros factores psicológicos, otras condiciones de salud que inciden en la voz (debilidad general, enfermedad, etc.), hábitos perjudiciales (fumar, falta de hidratación, alimentación inadecuada, vida sedentaria, sueño insuficiente, etc.).
Todas estas condiciones implican que en la mayoría de los casos se produzca alguna alteración de la voz durante algún momento de su carrera profesional, ya se de forma ocasional o transitoria, comenzando con algunos signos de alarma: alteración o pérdida de la voz durante más de dos semanas sin que exista vinculación con una enfermedad catarral, bronquial o pulmonar; tener picor, sequedad y/o dolor en la zona posterior de la boca; agujetas y/o tensión a la altura de la laringe o músculos cercanos, querer carraspear continuamente, necesidad de invertir mucha energía para hablar o aumentar el volumen porque si no, “la voz no sale”, siendo complicadas las conversaciones en ambientes ruidosos; perder la voz a medida que pasa la semana, aunque se recupere en periodos de descanso o perder registro tonal al cantar. Que si no son “escuchados” derivarán en lesiones orgánicas (patología nodular, los problemas relacionados con las disfonías hiperfuncionantes, el edema de Reinke y el pólipo laríngeo) que implican, una actuación médica más enérgica, la aplicación de intervenciones quirúrgicas en determinados casos y una reeducación más laboriosa por parte del logopeda.
Prevención e intervención de las alteraciones de la voz en el profesorado por parte del logopeda.
Para evitar alteraciones de la voz en el docente es imprescindible que éstos conozcan los mecanismos de la fonación y los recursos de la voz, y así tomar conciencia de los propios hábitos, para corregirlos mediante el ejercicio y la automatización de los mecanismos más adecuados para conseguir un mayor rendimiento de las cualidades sonoras evitando el cansancio vocal.
Como medida preventiva es necesario que se conozcan medidas de higiene vocal y se intenten controlar los factores ambientales para ello se recomienda:
- Evitar los ambientes cargados de humo y polvo, puesto que irritan y producen sequedad en la mucosa.
- Observar los cambios climatológicos y controlar los ambientes con aire acondicionado o con exceso de calefacción. Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Humidificar el ambiente cuando haya calefacción, colocando un recipiente de agua sobre el radiador.
- Cuidar las emanaciones de olores fuertes o exposición a productos químicos, productos de limpieza, pinturas, etc.
- Mejorar la acústica de los espacios cerrados en los centros de nueva creación.
- Controlar y reducir el ruido ambiental en la medida de lo posible.
Algunas medidas de higiene vocal y recomendaciones en el uso de la voz son:
- No fumar ni beber ya que son agentes nocivos para la mucosa de la laringe, irritándola de tal forma que los pliegues vocales pierden movilidad, al estar inflamada.
- Evitar los picantes y las comidas copiosas si tras ella se va a hacer un uso profesional de la voz. Realizar una alimentación equilibrada, que contenga vitaminas A, B, E, D y C para evitar el reflujo que puede irritar las cuerdas vocales.
- No tomar bebidas excesivamente frías ni calientes. Habituarse a bebidas naturales y templadas.
- Evitar los caramelos de menta ya que resecan la mucosa. Son preferibles los cítricos o de malvavisco.
- Hidratarse adecuadamente: beber agua con frecuencia durante la actividad laboral.
- Mantener un ritmo regular de sueño.
- Controlar la postura dura: No girar el cuello al hablar mientras se escribe en la pizarra, evitar “posturas raras” o hacer esfuerzos mientras se habla.
- Pedir la colaboración de alumnado y de los compañeros de trabajo
- Atender a los “signos y síntomas de alarma” para acudir a los profesionales lo antes posible.
- No forzar la voz por encima del nivel de ruido ambiental. Ayúdate de medidas técnicas de amplificación si es necesario.
- No forzar la voz cuando se padecen procesos patológicos en la faringe o en estados de agotamiento físico y/o mental.
- Evitar los abusos extralaborales de la voz. Guardar reposo vocal tras la jornada laboral.
- Aprender una técnica vocal y de control emocional adecuada, intentando dominar las situaciones sin un continuo y excesivo esfuerzo vocal.
- Aprender a manejar las pausas adecuadamente cuando se habla.
- Realizar ejercicios de “calentamiento” para los articuladores de la voz.
Una vez controlado el entorno y los factores de riesgo es imprescindible acudir al logopeda para proceder con la reeducación de la voz. Y con ello conseguir un uso correcto de la voz desde el conocimiento de la técnica vocal precisa hasta llegar al empleo de la misma, primero conscientemente y luego automáticamente.
El trabajo vocal se basa en despertar sensaciones propioceptivas correctas para ir modelando un esquema corporal-vocal, para ello nos centraremos en:
- Adquirir conocimientos básicos sobre cómo es y cómo funciona la laringe, el mecanismo respiratorio y el mecanismo resonador. Además de proporcionar los recursos y habilidades necesarias para Identificar la utilización de la propia voz y reconocer patrones o usos inadecuados y/o abusivos de la misma.
- Controlar la relajación de diversas partes del cuerpo, es especial hombros, tórax, cara y nuca, y conseguir el equilibrio adecuado entre todas ellas.
- Experimentar la sensación de apoyo que la respiración costo-diafragmática-abdominal otorga a la voz, y el empleo de los músculos abdominales.
- Adquirir una articulación precisa de vocales y consonantes, que ayudarán a que la emisión de la voz sea clara y concisa, manteniendo con flexibilidad la movilidad de la mandíbula y la lengua.
- La adquisición de una buena técnica vocal, definida como el conocimiento y la práctica de una correcta emisión vocal, sin esfuerzo, manteniendo el tono y controlando el volumen según las necesidades. Ejercitando los parámetros de la voz: intensidad, tono y timbre. En definitiva, los ejercicios se centrarán en: el control postural, relajación general y específica, respiración costo-driafragmática y su coordinación con la fonación, uso de resonadores, mejorar la impostación vocal, evitar el ataque vocal, controlar el ritmo, la articulación, la extensión tonal y la proyección de la voz.