¿Cómo detectar a un niño con dislexia en las primeras edades?
El perfil de un niño con dislexia puede ser muy variado y en ocasiones resulta difícil identificar el trastorno antes de la etapa escolar (a partir de los 6 años), sin embargo, existen una serie de manifestaciones comunes en niños con este tipo de trastorno que pueden ayudarnos a identificar la presencia del mismo y actuar de manera preventiva lo antes posible, evitando que el problema se agrave. Estas manifestaciones o signos de alerta ante una posible dislexia pueden observarse ya en la etapa preescolar (de 2 a 6 años):
Lenguaje oral
– Historia familiar de problemas en lectoescritura (padres, hermanos, etc.).
– Desarrollo lento del vocabulario o vocabulario empobrecido.
– Errores de confusión entre palabras con sonidos similares (por ejemplo: t-d, b-p).
– Falta de fluidez en la expresión oral o retraso en el desarrollo del habla con dificultades para articular o pronunciar palabras.
– Inversiones y omisiones de fonemas, principalmente en sílabas trabadas e inversas (por ejemplo: “gano” en lugar de “grano”, “autóvil” en lugar de “automóvil”, “le” en lugar de “el”, “la” en lugar de “al”, etc.)
Capacidades cognitivas y conductuales
– Dispersión, problemas atencionales y falta de concentración.
– Dificultad para seguir instrucciones y aprender rutinas.
– Aparición de conductas problemáticas en sus habilidades sociales.
– Dificultades de ritmo, coordinación, equilibrio y orientación.
– Alteraciones de lateralidad.
– Poca capacidad de memoria a corto plazo pero buena memoria a largo plazo.
– Mayor habilidad en capacidades manuales que lingüísticas.
– Suelen ser niños muy curiosos y creativos.
Dificultades de aprendizaje
– Dificultad para aprender a escribir su nombre y para reconocerlo.
– Dificultad en la adquisición de conceptos básicos sensorio-perceptivos, como los colores, los tamaños o las formas.
– Dificultades para asimilar conceptos relacionados con la orientación espacial y temporal. A menudo el niño confunde la derecha con la izquierda y no se orienta correctamente en el tiempo: no sabe los días de la semana y no tiene una noción clara de conceptos temporales como: ayer, hoy y mañana.
– Dificultades en la segmentación silábica y en la asociación grafema/fonema.
– Dificultades en el reconocimiento del esquema corporal. Se puede apreciar inmadurez en el conocimiento de las partes de su cuerpo o confusión entre ellas.
– Dificultades para aprender secuencias: abecedario, números, meses, tablas de multiplicar.
– Dificultad para memorizar canciones y rimas infantiles.
– Dificultades en el aprendizaje de las operaciones matemáticas y en el manejo del reloj.
Motricidad y grafía
– Torpeza al correr, saltar y brincar.
– Dificultad en el equilibrio estático y dinámico.
– Inmadurez a nivel de motricidad fina.
– Dificultad para abotonar y abrochar o subir un cierre o cremallera.
– Falta de control y manejo del lápiz y de las tijeras.
– Dominancia lateral.
– Lateralidad cruzada.
– Torpeza motriz, especialmente grafo-manual.
– Movimientos gráficos invertidos, es decir, hacen los giros hacia la derecha.
– Si han conseguido aprender los números y las letras hacia el último año de la etapa infantil, presentarán numerosos errores, especialmente escritura en espejo de letras y números, inversiones, confusiones entre grafemas, falta de alineación de la escritura y tamaño irregular de las letras.
– Dificultades para vestirse, abrocharse los botones y los cordones.
Conviene remarcar que un niño o niña con alguna o diferentes de las distintas características o dificultades listadas no presentará necesariamente una Dislexia en el futuro, sin embargo, resulta importante mantenerse alerta respecto a las posibles dificultades que puedan presentar, ya que una intervención precoz es siempre una de las mejores garantias de éxito para que el tratamiento sea lo más eficaz posible.
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