El hábito de leer con los niños
La lectura de libros es un momento especial en el que tanto niños como padres pueden disfrutar de la sensación de cercanía, disfrutando la oportunidad de acurrucarse y de compartir el placer de leer juntos. Pero más que eso, los libros conectan al niño con su propio mundo y con las cosas nuevas del mundo. Lo transportan a lugares y situaciones interesantes, muchas de las cuales no ha visto ni vivido, por lo que ayudan a su mente a expandirse y desarrollarse. Asimismo, presentan nuevas palabras a los niños con las que favorecer el desarrollo de su vocabulario.
Una de los aspectos más importantes de los libros es que sus ilustraciones y palabras están siempre a mano para ser leídas una y otra vez. A diferencia de la palabra hablada, que “desaparece” tan pronto la pronunciamos, las historias y las palabras de los cuentos regresan siempre en cada lectura, de la misma forma. Esto hace que el aprendizaje de nuevas ideas y palabras sea mucho más sencillo para el niño.
Por esta razón, cuanto más temprano comience a leer y contarle historias a su hijo, más temprano se convertirá la lectura en una parte importante y placentera de su vida.
¿Qué debo tener en cuenta a la hora de leer un cuento?
A la hora de leer con su hijo, independientemente de la etapa comunicativa en la que se encuentre, debe tener en cuenta las siguientes pautas:
- Presente el libro: antes de empezar a leer, hable sobre la cubierta del libro, el título, las ilustraciones y converse sobre el tema del que puede tratar el libro.
- Deje que el niño “lea” el libro a su manera: la hora del cuento es un tiempo para conversar, no sólo para sentarse y escuchar. El niño necesita participar activamente, por tanto, cuando considere que está listo, déjelo escoger un libro, sostenerlo y voltear las páginas. Después de leer la página al niño y mostrarle las imágenes, dele tiempo para que mire la página y espere para ver qué dice o hace. Deténgase en las páginas que más le interesan al niño. Si le deja “leer” a su manera, disfrutará más esos momentos de lectura juntos y, con el tiempo, permanecerá escuchando por más tiempo y mirará los libros más a menudo.
- Dele la oportunidad de tomar turnos: cuando lea al niño, usted no debe ser el único que se comunique, sino que debe darle la oportunidad de tomar turnos durante la actividad. No piense en la lectura como en algo que usted hace para el niño, considérelo algo que ambos hacen juntos. Pueden turnarse durante la lectura (el niño puede leer partes repetitivas y usted párrafos o páginas enteras).
- Cambie las palabras del libro: relate la historia con palabras propias y sencillas. No todo el vocabulario de los libros es adecuado para todos los niños, pues muchos contienen palabras que son demasiado difíciles de comprender para algunos niños. Cambie las palabras de modo que sean más fáciles para su hijo y que usted las pueda repetir.
- Repita constantemente: a los niños les encanta oír los mismos cuentos una y otra vez, y, cada vez que le lee un cuento, tiene la oportunidad de repetir las mismas palabras y las mismas oraciones. Además, necesita tener la oportunidad de hablar sobre lo que están leyendo y de imitar las palabras, especialmente si es un niño que está comenzando a producir sus primeras palabras.
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