La voz y la dicción en el mundo de la interpretación
La voz es un instrumento de trabajo básico y fundamental para un actor, ya que en la mayoría de los espectáculos, representaciones teatrales, etc., tiene que utilizar su voz como medio de expresión. El actor debe poder gritar, reír, llorar, jugar con las entonaciones a fin de expresar emociones con la voz. Por esta razón, su calidad y cualidades deben ser cuidadas y cultivadas continuamente, y el buen actor debe conocer las distintas técnicas a emplear para no forzar nunca su voz y sacar el máximo rendimiento de ella, especialmente en los casos en que ésta ocupa la interpretación completa, como ocurre con los actores de doblaje en cine, el trabajo en la radio, en el teatro leído o en un recital poético.
Pero además de la voz, otro elemento fundamental es la dicción, que consiste en la pronunciación correcta y clara de las palabras. Cuando un actor pronuncia con claridad, articulando perfectamente los sonidos del habla, decimos que tiene una excelente dicción.
¿Por qué son tan importantes la impostación de la voz y la dicción?
Tanto la voz como el habla de una persona (y en este caso concretamente de un actor) son su carta de presentación, factores fundamentales para atraer la atención del público y lograr una buena comunicación, y para ello el comunicador debe saber utilizar las herramientas de expresión del cuerpo, la voz y el gesto, ya que no es lo mismo hablar con un familiar o persona cercana que actuar frente a una audiencia o público meta.
¿Qué debemos tener en cuenta en una actuación?
Por un lado, cuando hablamos de la voz, hablamos de aspectos básicos como la postura, la respiración y la impostación (elementos que también se trabajan en el canto). Un buen actor debe controlar la verticalidad de su cuerpo, dominar la respiración costo-diafragmática y proyectar correctamente su voz para dirigirse al público, controlando todos los matices que la dramatización requiere para transmitir sensaciones y emociones con su voz.
Por otro lado, cuando hablamos de la dicción, debemos tener en cuenta la gesticulación y correcta posición de los órganos articulatorios al hablar, llevando a cabo una pronunciación precisa y clara de las palabras, marcando la acentuación de las mismas, controlando la velocidad de las palabras para no caer en elisiones y coarticulaciones inapropiadas, etc. Cuando un actor recita con gran precisión, el sonido llega mucho más limpio y claro al público, necesitando menos volumen de emisión. Asimismo, se debe jugar con las pausas y las entonaciones, importantísimas para reflejar con exactitud la intención de un texto.
En resumen, podemos afirmar que el habla de un actor debe tener tres cualidades imprescindibles:
- Suficiencia en cuanto a la proyección de la voz (ésta debe ser audible). Para conseguir esto, es indispensable un dominio completo de la respiración, que es la base de una correcta emisión de la voz, de su proyección y modulación, así como de la permanencia de esa voz en condiciones óptimas.
- Claridad en la pronunciación. Esto se consigue mediante la correcta producción de cada uno de los sonidos de la lengua, aislados o combinados en sílabas o palabras.
- Expresividad en su entonación, el ritmo y la intensidad, de modo que la voz exprese no sólo el mensaje inmediato de las palabras, sino su significado profundo a través de la entonación, la velocidad, las pausas, el énfasis, etc.
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