Logopedia y envejecimiento
El lenguaje es uno de los procesos psicológicos más complejos e importantes para las personas mayores, pues gracias a él pueden guardar y compartir sus experiencias. La mayor parte de las personas mayores conservan la capacidad de utilizar su lenguaje, pero éste tiene ciertas características asociadas a la edad y el paso del tiempo ocasiona un deterioro normal en el mismo. A medida que envejecen, las personas mayores suelen tener dificultades para encontrar la palabra adecuada, problemas en la comprensión, la repetición y en el uso espontáneo de oraciones complejas, tanto en el lenguaje oral como escrito. Estas dificultades se han relacionado con alteraciones en el funcionamiento de la memoria operativa.
¿Cuáles son las características del lenguaje en el envejecimiento normal? ¿Cómo se produce este deterioro?
El envejecimiento es un proceso natural, continuo e irreversible que lleva a un decaimiento de las funciones de nuestro cuerpo. Al igual que se ven afectados nuestros sistemas sensoriales -como la visión o la audición- o nuestro sistema motriz -debido a alteraciones musculares y óseas-, nuestro cerebro también sufre cambios importantes, entre los que destacan la disminución del tamaño de nuestras neuronas, de las conexiones existente entre ellas y del metabolismo basal con el cual trabajan. Esto provoca un enlentecimiento de las funciones que se alojan en nuestro sistema nervioso central, tales como la memoria, la atención y el lenguaje, las cuales dejan de funcionar de la manera en que lo hacían previamente.
Respecto al lenguaje, el adulto mayor presenta dificultades principalmente para encontrar las palabras que quiere pronunciar a pesar de conocerlas, fenómeno que conocemos como “la punta de la lengua”. Este fenómeno implica una mayor cantidad de tiempo para responder a preguntas o dar vueltas al tema como instrumento compensatorio. Además, las personas mayores presentan dificultades para comprender estructuras gramaticales más complejas o para la elaboración de discursos. Dichas dificultades más que deberse a una alteración del lenguaje propiamente, se debe a alteraciones que ocurren en otros sistemas cognitivos y que influyen en el rendimiento lingüístico, como la atención, la memoria, y la capacidad de manejar y organizar información de mayor complejidad.
¿Cómo podemos saber si es un deterioro normal del lenguaje o existen alteraciones del lenguaje patológicas?
Es importante que aprendan a diferenciar un deterioro normal del lenguaje frente a las alteraciones que puedan ser patológicas y, para ello, deben prestar atención a las siguientes características en el lenguaje, las cuales nos alertan de una patología mayor:
- Dificultades para comprender oraciones sencillas.
- Cambia las palabras o inventa palabras nuevas para referirse a objetos cotidianos.
- Realiza oraciones cortas y omite artículos, preposiciones, etc.
- No conjuga verbos al hablar.
- Presenta dificultades importantes para articular los sonidos.
- No logra repetir palabras u oraciones.
Si usted tiene algún familiar o conocido que presente estas características, es recomendable que acuda al médico para llevar a cabo una valoración neurológica.
¿Qué podemos hacer para revertir o frenar el deterioro normal del lenguaje?
Las dificultades mencionadas previamente pueden atenuarse, o incluso desaparecer, cuando facilitamos un entorno estimulador donde se establece una comunicación motivadora y se dispone de recursos y estrategias para compensar este deterioro normal del envejecimiento, proporcionando una mayor funcionalidad a nivel cognitivo.
Para ello, el logopeda puede asesorarles en el desarrollo de las distintas actividades diarias, proporcionando orientaciones para la familia o el entorno que rodea a la persona y/o creando tareas y ejercicios con el fin de mantener las funciones cognitivas y prevenir el deterioro de las habilidades comunicativas de la persona. En Logopedia a Domicilio, los profesionales se desplazan a los domicilios de los pacientes o centros para la tercera edad y realizan el tratamiento preventivo in situ, pudiendo ser éste individual o colectivo (por ejemplo, talleres de estimulación cognitiva y del lenguaje).
En el adulto con envejecimiento normal, podemos lograr un lenguaje más eficiente, mejorando considerablemente su calidad de vida con el trabajo en paralelo de otras funciones cognitivas. Por otro lado, en el adulto con patología, la estimulación lingüística logrará en algunos casos revertir ciertas dificultades del lenguaje y en otros retardar la aparición de nuevos síntomas; con el fin de lograr un sistema de comunicación funcional con el medio que lo rodea.
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