Tartamudez: orientaciones para los maestros
En artículos anteriores, pudimos conocer los síntomas de riesgo de la tartamudez y algunas orientaciones para los padres. En este caso, nos centraremos en el papel de los maestros cuando se encuentran en el aula con un niño que presenta tartamudez.
Los niños pasan muchas horas en la escuela y los maestros suelen ser los primeros en identificar que algo no va bien del todo en el desarrollo de los mismos. Muchas veces, los padres o profesores de cursos anteriores ya les han comentado las dificultades que presenta un niño, pero también es frecuente que sea el maestro quien primero se dé cuenta de que algo pasa, pero ¿qué deben hacer en ese momento?
En primer lugar, es conveniente que hablen con los padres para averiguar si en casa ya han notado algo que pueda parecerles extraño, de esa forma podrá saber si en el entorno familiar se preguntan si puede estar sucediendo algo. Podría ser que los padres hubieran detectado alguna cosa y al preguntar al pediatra o algún otro referente hayan recibido el mensaje de “no se preocupe, hay que esperar”. En ese caso, debe comentarles la importancia de realizar una consulta preventiva con el logopeda cuanto antes. En el caso de que se confirmara el diagnóstico de tartamudez, os proponemos algunos consejos que podéis llevar a cabo en el aula:
¿Cómo pueden ayudar en la guardería?
Trate al niño que tartamudea como a cualquier otro de la guardería.
No deje que el niño se salga con la suya sólo porque tartamudea.
La tartamudez consiste en cometer algunos errores en el proceso normal de aprendizaje. El niño que lo hace debe ser alentado para expresar sus ideas como cualquier otro.
Debe recibir la misma disciplina que cualquier otro niño.
Debe aprender las mismas reglas de educación que otros niños, por ejemplo, hablar por turnos, escuchar con atención mientras otros hablan y no interrumpirles.
Cuando presente disrupciones en el habla, dele tiempo para resolver sus errores, sin presionarle para que hable más deprisa y sin que nadie termine sus frases o palabras por él.
¿Cómo pueden ayudar en educación infantil?
No le diga al niño que se relaje ni que hable más despacio.
Hable con el niño sin prisa, con pausas frecuentes. Cuando el niño habla, déjele terminar y espere unos segundos antes de hablar usted. Así, la conversación será tranquila y el niño no se sentirá presionado.
Haga todo lo posible para que todos los niños de la clase aprendan a esperar su turno para hablar. Es importante que aprendan a escuchar mientras otra persona habla. A todos los niños les resulta más fácil hablar cuando no hay interrupciones y cuando se cuenta con la atención de los demás.
Utilice sus expresiones faciales, su contacto visual y otras formas de lenguaje no verbal para comunicar al niño que a usted no le importa su manera de hablar, sino lo que quiere decir.
Exija al alumno que tartamudea el mismo rendimiento escolar y la misma disciplina que a los demás alumnos.
Si un alumno tartamudea y deja una palabra sin terminar, no complete usted la palabra o frase. Tampoco debe hablar por él.
Procure evitar que el niño sienta vergüenza por su tartamudeo. Hable con él de los errores al hablar de una manera natural, sin darle importancia.
¿Cómo pueden ayudar en educación primaria?
Reúnase con los padres al principio de curso para conocer las preocupaciones y expectativas de éstos.
Si hay logopeda en su escuela, póngase en contacto con él para ver qué sugerencias puede darle para ese niño. Si ya está trabajando con él, conozca sus objetivos y el modo de lograrlos. Su participación es indispensable.
Aliente en sus alumnos las normas de buena educación para hablar: que nadie interrumpa, ni hable en lugar de, ni termine las palabras por nadie.
No permita al niño que tartamudea que se salga con la suya sólo por el hecho de que tartamudea.
Trate al niño que tartamudea del mismo modo que a los otros niños de la clase, exceptuando la ayuda en la expresión oral pública.
Los niños que tartamudean deben realizar todas las actividades orales de clase, aunque nosotros tengamos un plan de aproximación sucesiva para él.
Hable con el niño acerca de los requisitos de expresión oral en clase, cómo se siente en esos casos y lo que usted puede hacer para ayudarle.
Dele al niño la oportunidad de practicar sus actividades de recitación oral en casa.
Proporcione al niño tiempo suficiente para hablar.
Hágale participar gradualmente en clase.
Favorezca el lenguaje espontáneo y la conversación en grupo de número reducido. Aumente progresivamente el número de personas por grupo. Lo mismo puede hacer para la lectura en voz alta.
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