Voz y docencia
La voz es una herramienta primordial en el desarrollo de la actividad profesional para los docentes. Con frecuencia, comienzan su actividad laboral con la preparación técnica específica de los contenidos que se han programado, pero muy pocas veces tienen en cuenta las condiciones vocales con las que van a trabajar durante el curso. El docente debe enseñar a los alumnos la materia concreta, educarles en una forma de comportamiento y hacerles mantener un estado óptimo de estimulación, lo que conlleva un uso intensivo de la voz que no se da en otras profesiones, por tanto, es de suma importancia el cuidado de la misma. Para ello, el profesional debe tomar una serie de medidas que le permitan conservar un buen estado del aparato fonador.
¿Qué médidas de higiene vocal deben tomar para prevenir alteraciones en la voz?
– Mantener una postura corporal adecuada, con los pies ligeramente separados.
– Hacer reposo vocal durante la jornada. No se aconseja hacer una fonación seguida durante más de 90 minutos. Procurar descansar la voz entre clase y clase.
– Si no hay otro remedio, cuando vaya a efectuar un grito, acompañe la fonación de una contracción de muñeca, codos y hombros al mismo tiempo. De esta manera, tus cuerdas vocales sufrirán menos.
– Utilizar sonidos no vocales para llamar la atención: palmas, silbidos, timbre, silbato.
– Evitar hablar durante un esfuerzo o ejercicio físico.
– Beber sorbos de agua o tragar saliva cuando sienta tos durante la clase.
– Durante la clase, no utilizar ropa que oprima el cuello ni la zona abdominal. Es importante que la ropa no impida los movimientos respiratorios.
– Hacer uso de la pragmática, es decir, un alumno está mucho más atento ante una “voz que se mueve”, que ante una voz monótona y arrítmica.
– Utilizar tizas hipoalergénicas.
– Utilizar tizas redondas. Las cuadradas generan mucho más polvo y, por lo tanto, resecan más la garganta.
– No hablar mientras se escribe en la pizarra, ya que el sonido se proyecta hacia ésta y disminuye la intensidad con la que llega a los alumnos, debiendo elevar el volumen. Hablar siempre de cara al grupo de niños/personas que te dirijas.
– Utilizar frases cortas, respetar las pausas y adecuar la intensidad.
– Esperar a que los demás estén en silencio y presten atención. No debemos forzar la voz pasándola por encima del ruido ambiental.
– Si está sometido a tratamiento logopédico, explicar a los alumnos el proceso vocal. Debe pedirles comprensión y colaboración.
– No gritar ni chillar habitualmente. En lugar de gritar, podemos mandar llamar por otros niños.
– Tomar alumnos como ayudantes para las explicaciones o muestras de los ejercicios.
– Evitar hablar de manera prolongada a larga distancia: patio del recreo. Puede acercarse para que le oigan sin tener que gritar.
– Aprender técnicas de proyección vocal adecuadas.
– Además de las clases magistrales mediante el uso de la voz, podemos hacer uso de sistemas alternativos para enriquecer las clases: vídeos, apuntes, transparencias, etc. De esta forma, reduce el uso de la voz.
– Utilizar silbatos, megáfono o micrófono, especialmente en espacios abiertos o muy amplios.
Si usted nota cualquier cambio en la calidad de su voz, debe consultar a un otorrinolaringólogo (ORL) lo antes posible. En el caso que haya revisado su voz mediante una revisión de ORL y precise de atención logopédica no dude en contactar con nosotros.
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